sábado, 12 de enero de 2013

El Terruño, es la patria del corazón


 
En este momento vienen a mi memoria grandes recuerdos de mi ciudad, en especial una anécdota que no olvidaré y es que, cuando aún cursaba quinto de secundaria, lo que más quería, como muchos, era terminar rápido el colegio y así poder ir a otra ciudad para continuar mis estudios universitarios, pensé que dejar mi tierra, mi familia y mis amigos iba a ser muy fácil, pero todo aquel que en este momento se encuentra lejos de su pueblo, de su ciudad, comprenderá ese sentimiento que sentimos cuando nos encontramos lejos, y que llega a convertirse en una angustia indefinible que llamamos nostalgia; pues, es muy cierto que la fuerza del sentimiento lugareño, se comprende mejor a la distancia, pues yo lo comprendí cuando tuve que venir a Piura y dejar mi ciudad Talara.

Con justa razón escribió el gran José Ingenieros, que el terruño es la patria del corazón, pues de todos los sentimientos humanos, ninguno es más natural que el amor por la aldea, el pueblo o el barrio en el que vivimos nuestros primeros años. Allí tenemos nuestros recuerdos más íntimos, que llegan a estremecer nuestras emociones más hondas, todo lo suyo lo sentimos nuestro, en alguna medida; y nos parece, también, que de algún modo le pertenecemos. En el oímos las primeras canciones maternales, escuchamos los consejos de nuestros padres, se tejen las juveniles ilusiones y se tropieza también con inesperadas realidades, pero allí nada nos es desconocido, ni nos produce desconfianza, pues llamamos por su nombre a todos los vecinos, conocemos en detalle todas las casas, nos alegran todos los cumpleaños, las fiestas y también nos afligen todos los lutos. Ningún concepto político determina este sentimiento natural que sentimos, y es innecesario estimularlo con sugestiones educativas; pues se ama al terruño ingenuamente, por instinto, con espontaneidad. Este sentimiento no tiene símbolos racionales, ni los necesita; porque su fuerza moral es más honda, y tiene sus raíces en el corazón.

Al terruño no se le ama porque se ha nacido en él, sino porque allí se ha formado la personalidad juvenil, que deja hondos rastros en todo el curso de nuestra vida, por eso es común que los hombres, al morir, pidan que vuelvan sus restos al lugar donde transcurrió su infancia, como si quisieran devolverle a su tierra lo que les brindo en vida.

Por mi parte confieso que siento un especial fervor por mi ciudad. Aunque parezca lo más lógico, para mucha gente no es así; andan día a día a lo largo y ancho de sus calles, indiferentes, como si el pueblo no existiera. Hay otros, que se la pasan envidiando la Patria de los demás, porque ellos creen que se merecen una mejor que la que tienen. Yo quiero a mi pueblo como es, pero también deseo que mejore y por eso estoy dispuesto a poner mi grano de arena para ayudar a mejorarla, y es que creo que todos podemos asumir el desarrollo de nuestros pueblos como una meta colectiva.

No se puede hablar de amor hacia nuestra patria grande “El Perú” sino sentimos el mínimo cariño y respeto por nuestra patria chica, nuestro terruño.

Por eso ama a tu pueblo, a tu gente, a tus raíces, y no hay porque sentir vergüenza de expresar nuestros sentimientos por el lugar de donde provenimos, al contrario siéntete orgulloso de tu pueblo y recordemos siempre que: “La manera más baja de amar a nuestra patria, es odiar la patria de otros hombres, como si todas no merecieran engendrar en sus hijos iguales sentimientos”.

 



miércoles, 9 de enero de 2013

EL HOMBRE: ¿ser racional o animal salvaje?


El día de ayer viendo un canal de televisión, vi un programa que trataba de personas que habían cometido varios asesinatos, lo que más me sorprende es que estos crímenes suceden con frecuencia en los Estados Unidos, un país súper desarrollado, potencia mundial, en el cual muchas personas sueñan en vivir o trabajar allí y cumplir el famoso sueño americano, pero yo me pregunto si realmente este sueño se puede llegar a cumplir o quizá al estar ya en ese país el famoso sueño se convierte en una pesadilla a la cual se tiene que sobrevivir, muchas personas cuentan sus experiencias y lo duro que es para los extranjeros o ilegales que llegan a esa país en busca de trabajo, solo nos damos cuenta que tener dinero, trabajo y vivir en un país súper desarrollado no siempre nos puede dar la felicidad que deseamos.

En el programa que vi hablaron de dos hombres que asesinaron cruelmente a varias personas, uno de ellos mato a más de quince homosexuales a los cuales los seducía y los llevaba a su departamento para luego drogarlos, matarlos salvajemente, finalmente terminaba descuartizándolos y comiéndose partes del cuerpo de los cadáveres, algo tan repugnante y mas que asco me producía un asombro grandísimo, ver que un ser humano que vive en una“civilización” puede llegar a cometer esto, pues siempre las sociedades desarrolladas miran con un poco de desprecio a los pueblos nativos de muchos países, creyendo que estas personas indígenas son como animales que no razonan, pero las actividades o ciertos rituales que realizan estos pueblos son parte de su cultura y creencias, quizá ellos si tienen un poco de justificación.

El segundo caso que vi, era de otro hombre que finalmente confesó haber cometido cerca de 79 asesinatos, y era conocido como “el asesino del lago verde” las víctimas habían sido mujeres dedicadas a la prostitución, este hombre estaba casado y tenía una vida normal, nunca sus amigos y familiares, sobre todo su esposa se habían imaginado que él podía ser un asesino, decían que siempre había sido trabajador, atento, buen esposo y amigo, que se dedicaba muchas horas a trabajar y no se explicaban en qué momento había cometido dichos asesinatos. Me puse a pensar que nunca sabemos con exactitud con qué clase de personas nos relacionamos o vivimos, cada persona es un mundo distinto, que piensa y siente diferente. Siempre decimos que ponemos las manos al fuego por alguien, pero que sucede cuando esta persona en la que confiamos y decimos conocer bien, de alguna manera nos damos cuenta que no es la persona que pensábamos, creo que es una decepción grandísima y nos cuesta reconocer que sí nos equivocamos al ser tan confiados, bien dicen que caras vemos y corazones no sabemos.

Uno de los asesinos decían que de niño habría sufrido mucho maltrato físico y psicológico por parte de su madre y que esto le produjo cierto odio hacia las mujeres, pero nada justifica los crímenes que cometió, no porque me golpearon voy a tener que matar o porque que me violaron tengo que violar, o robar porque a mí me robaron; siempre tratamos de justiciar nuestros actos diciendo “el también hizo lo mismo”, de solo imaginar cómo sería el mundo si nos dedicamos a vengarnos y hacer con otras personas lo que hicieron con nosotros, vivir en este mundo sería como estar en un infierno, peor de lo que vivimos hoy, la venganza solo trae destrucción, tampoco estoy de acuerdo en que nos quedemos de brazos cruzados cuando hay gente que nos hacen mucho daño, pero, para eso existe la justicia, las autoridades, aunque no hagan mucho por nosotros, luchar por nuestros derechos y por ser escuchados, pues cometer un crimen de cualquier tipo, o hacer justicia con nuestras propias manos, solo termina destruyendo nuestra propia vida, causando mucho daño a las personas que de alguna manera nos quieren y que confían en nosotros, por eso, aprendamos a actuar como los seres racionales que decimos ser, y no como un animal salvaje, sin dignidad y sin valores.